Hay días buenos y días malos. Hay días que me levanto con ánimos excelentes, me provoca hasta hacer ejercicios (cosa que nunca hago), y otros días no quiero moverme de la cama.
Pero siempre hay un motivo; una persona por supuesto... Obviamente esa persona que no te deja vivir tu propia vida, que se adueña de ella, se mete en tus sueños y te revuelve... A veces no puedes respirar, a veces quieres olvidar pero no puedes. Sientes que no te conviene pero a la misma vez que sin su ser no podrás vivir.
A veces me provoca escapar...